Mi vida es un error.
No creas tú que la tuya es un acierto.
La vida toda y todo
lo creado
es un error errante y sin remedio.
Dios mismo es un error,
ya que el error existe
y, porque existe, existe.
Quede claro lo claro del error.
La muerte es un
error,
¿qué te creías?
Creas lo que tú creas
o dejes de creer
el error es quien manda,
porque manda el error.
La vida que es la muerte
y la muerte que, sin duda, es la vida
son en sí el mismo error.
Mi vida que es tu vida
y tu vida, mi Vida, que es mi vida,
son dos locos errores.
Dos errores loquísimos
que, en el error, se
aman y se aman.
Que se aman nuestras vidas
y se aman nuestras muertes
más allá y más allá del error mismo,
que es donde, amor, amor, amor,
desde antes del error
y después del error, cabemos todos.
Incluido Dios
naturalmente
y cuanto Dios,
de error en error,
ha creado y continúa
creando,
ya que hay que estar loco de remate
para ser Dios
y no renunciar,
de una vez por todas,
a tal locura loca.
JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Colonia San Rafael
México D. F.
28 Abril 2013