como los negros ojos de la noche;
en ella caben mundos
que hace siglos murieron
y, con los mundos muertos,
millones de criaturas y civilizaciones
que ya no son ni polvo.
Mi tristeza es tan honda
como los hoyos negros de las blancas
galaxias
y los soles viudos y los planetas
huérfanos.
No tiene cura, ¡ay!, no tiene cura
esta tristeza mía siempre tan honda y
triste
como el fondo del fondo
de la vida y la muerte
en donde el Todo gime
y la Nada se viste de silencio
y los gritos son gritos,
aunque nadie los oye,
y mañana es ayer y nadie alcanza
a sospechar en dónde queda el hoy
y, menos, vida mía, tú y yo,
perdidos de antemano
en los cielos del Limbo,
donde tienen cabida
todos y cada uno de los Limbos,
incluidos, mi amor, nuestros dos
tristes Limbos.
JUAN CERVERA SANCHÍS JIMÉNEZ Y RUEDA
México D. F., Colonia San Rafael, 19n
Agosto 2012