Después que no descubren
Después que no descubren su lucero
mis ojos lagrimosos noche y día,
llevado del error sin vela y guía,
navego por un mar amargo y fiero.
El deseo, la ausencia, el carnicero
recelo, y de la ciega fantasía
las olas más furiosas a porfía
me llegan al peligro postrimero.
Aquí una voz me dice: cobre aliento,
señora, con la fe que me habéis dado
y en mil y mil maneras repetido.
Mas,-¿cuánto de esto ha llevado ha el viento?,
respondo: y a las olas entregado,
al puerto desespero, el hondo pido.
Fray Luis de León
Después que no descubren su lucero
mis ojos lagrimosos noche y día,
llevado del error sin vela y guía,
navego por un mar amargo y fiero.
El deseo, la ausencia, el carnicero
recelo, y de la ciega fantasía
las olas más furiosas a porfía
me llegan al peligro postrimero.
Aquí una voz me dice: cobre aliento,
señora, con la fe que me habéis dado
y en mil y mil maneras repetido.
Mas,-¿cuánto de esto ha llevado ha el viento?,
respondo: y a las olas entregado,
al puerto desespero, el hondo pido.
Fray Luis de León